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EL AZULEJO DEL DOCTOR ARIZA
LEY-19-IX-1896

Fig 1. Con las medidas adoptadas en la Ley 19 de septiembre de 1896 se pretendía, entre otros asuntos, la protección de las aves insectívoras

Con las primeras indagaciones que se realiza en la red sobre estos azulejos es fácil sacar la idea de que es el propio doctor Ariza el autor de la ley, del precioso texto que se muestra e incluso donante de los azulejos. Entre otros motivos, porque en las distintas páginas web que en principio van apareciendo se indica que Ariza fue Concejal y Ecologista. Y cuando se empieza a profundizar en el tema y se accede a bibliotecas podemos encontrarnos con datos como el que nos facilita Nicolás Salas, sevillano de adopción y gran amante de la ciudad [n. 01]:

El doctor Antonio Ariza Camacho, fue puericultor, pionero del ecologismo, amante de los animales, andalucista, georgista, fisiócrata y paño de lágrimas de las familias pobres que les llevaban sus hijos enfermos, padrino de boda de Blas Infante... El destino ha preservado la obra que mejor le define como médico humanista, en forma de placas de cerámica trianera. Todavía quedan algunas en las fachadas de antiguos colegios público, junto a las puertas de entrada de los niños y sus padres. Dicen así: "Niños: no privéis de la libertad a los pájaros; no los martiricéis no les destruyáis sus nidos. Dios premia a los niños que protegen a los pájaros y la Ley prohibe que se les cace, se destruyan sus nidos y se les quiten sus crías". Y abajo de la orla, está el testimonio histórico. Una frase recuerda que esas placas fueron donadas por Antonio Ariza.

La información es extraordinaria, ya que de buenas a primeras me he topado con bastante datos sobre Ariza, el problema es que N. Salas no ha indicado en este caso referencia alguna que apoye el afirmar que era andalucista, ecologista, georgista o la curiosidad de ser padrino de bodas de Blas Infante, así que tal como comenté en la introducción, me queda bastante tarea para corroborar esos datos. Aparte de esto presto atención a la última frase: "Y abajo de la orla, está el testimonio histórico. Una frase recuerda que esas placas fueron donadas por Antonio Ariza". Si no seguimos profundizando podríamos llegar a concluir que Ariza ideó la instalación de las placas de azulejos e incluso que acarreó con el coste de su colocación. Posteriormente al seguir indagando y observar cada uno de estos azulejos comprobé que la inscripción "DONADO POR A. ARIZA" solo aparece en uno de ellos, que ya sabemos que es el del Colegio de la Borbolla en calle Luis Montoto.

Al darme cuenta de que tendría que comprobar la bibliografía consultada para asegurar la información, también entendí que debería de observar con mas detenimiento los detalles de los azulejos. Aprecio entonces que la ley que se indica es bastante antigua ya que pertenece a 1896, por lo que Antonio Ariza, asesinado en 1936 a la edad de 56 años [n.02] no podía ser su autor, ya que tendría unos 16 años en el momento de su redacción. Y tampoco hasta la fecha he hallado documentación que acredite que era concejal, aunque eso sí, muy activo políticamente y tal como se ha indicado, con compañeros como Blas Infante.

Notas:
01. SALAS Nicolás, Sevilla en Sepia, Editorial Almuzara, 2005, págs. 211-212
02. Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas. Auditoria de Guerra de la Segunda División. Expediente Incautación de Bienes

La Ley

Fig 2. Ley 19 de septiembre de 1896 en la Gaceta de Madrid (clic en imagen para acceder al PDF).

Los gobiernos están obligados a hacer públicas las leyes que implantan. Hoy en día es el B.O.E (Boletín Oficial del Estado) el diario oficial del Estado Español pero si queremos acceder a la ley en estudio y perteneciente a 1896 deberemos consultar La Gaceta de Madrid, encargada de dicha función desde el año 1697 hasta el 1936 [n. 03]. La referencia que identifica a la publicación que nos interesa es: Gaceta de Madrid, Año: CCXXXV-Núm 270-Sábado 26 Septiembre 1896-Tomo III-Pág. 1123

Las primeras leyes de este número vienen dictadas por el Ministerio de Fomento presidido por Aureliano Linares Rivas. A cada ley le precede el nombre del rey Alfonso XIII pero es su madre María Cristina de Habsburgo la que ejerce el poder de la corona, tal como se aprecia al final de cada ley con el "YO LA REINA REGENTE". Esto se debe a que Alfonso XIII nada mas nacer fue rey, ya que su padre Alfonso XII había encontrado la muerte tres meses antes a causa de una enfermedad. La madre tuvo que regir hasta que el hijo tuviera la edad conveniente, que se estableció en dieciséis años.

Esta ley realiza mejoras en una anterior de 1879 y es claramente ecologista ya que aparte de restringir la caza de ciertas aves, declara insectivoras a otras para que no puedan cazarse, y sobre todo porque aparte de que hay un uso práctico al señalar que protegiendo las aves disminuirán las malas hierbas e insectos, también existe un claro intento de sensibilización hacia las aves dirigido tanto a personas mayores como a niños, que es lo que nos interesa por estar relacionado con el azulejo de Ariza. En su Artículo 2º se ordena:

Art. 2ª. En las puertas de los Ayuntamientos se pondrá un cuadro en que se lea: «Los hombres de buen corazón deben proteger la vida de los pájaros y favorecer su propagación. Protegiéndolos, los labradores observarán cómo disminuyen en sus tierras las malas hierbas y los insectos. La ley prohíbe la caza de pájaros y señala pena para los infractores. En las puertas de las escuelas se pondrá un cuadro en que se lea: «Niños, no privéis de la libertad a los pájaros; no los martiricéis y no les destruyáis sus nidos. Dios premia a los niños que protegen a los pájaros, y la ley prohíbe que se les cace, se destruyan sus nidos y se les quiten las crías.»

Averiguado esto podemos afirmar que no fue Antonio Ariza el creador de esta ley. Tampoco el autor de esas palabras concienciadoras y a la vez hermosas que aparecen insertadas en los azulejos. Al menos sabemos que fue el donante de uno de ellos. ¿Pero hay algún tipo de documentación con la que poder afirmar que Ariza fomentó de alguna manera la instalación en Sevilla de los restantes? Pues sí, y al mismo tiempo nos valdrá para corroborar el texto que hemos visto de Nicolas Salas señalando el andalucismo y ecologismo de Antonio Ariza. Ese documento se haya en forma de artículos en dos revistas llamadas Andalucía y Bética, que serán también objeto de estudio.

Notas:
03. Agencia Estatal. Boletín Oficial del Estado. Gazeta, Colección histórica.

Derogación de la Ley

Fig 3. Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, y una imágen del Mercado de la Alfalfa en Sevilla

Recuerdo de pequeño en mi barrio, el Polígono de San Pablo de Sevilla, que en el cruce de Greco con Sinaí se ponía un hombre mayor que parecía de campo, con su sombrero y en un pequeño tenderete a vender pajaritos desplumados listos para cocinar. También un famoso mercado, el de la Alfalfa, en el centro de Sevilla, y donde se vendía todo tipo de animales, entres ellos claro está, una gran variedad de aves. Yo mismo y otros niños del barrio jugábamos con las escopetas de plomillo de nuestros padres. Un día me llevé bastante tiempo intentando cazar algún gorrioncillo, me encontraba en la azotea de mi casa. Logré acertar a uno que se había posado en una antena. Calló a la calle y bajé muy contento a recoger la presa. Cuando deposité en mi mano el pequeño cuerpecito frágil y aún caliente pero sin vida, me llevé una sensación muy dolorosa. Subí al piso, le dí el pájarillo a mi madre. Esperaba que me dijera que eso no estaba bien, no se, algo que me diera a entender que el sentimiento de culpa que había tenido era correcto, pero la pobre creo que para no lastimar mi orgullo como pequeño-gran cazador se limitó a meter al gorrioncillo en el frigorífico.

De igual manera me pasaba cuando íbamos a pescar, ya que cazábamos saltamontes para usarlos como carnadas. Tenía que meterle el anzuelo por la boca y el animal iba arcandose poco a poco. Algo dentro de mí me decía que aquello no estaba bien, pero esa vocecilla, esa pequeña conciencia, era raro que encontrara en este mundo algo que la desarrollara. En definitiva parece ser que aunque esta ley tenía muy buenas intenciones no se tomaron las medidas necesarias para hacerla efectiva y no recuerdo ningún tipo de concienciación que lograra sensibilizar sobre este asunto. Mi padre me decía con mucho arte, que sí, que yo quería mucho a los animales, pero que me los comía, y llevaba razón. Ya de adulto conseguí pensar por mí mismo en algunos asuntos y por mí mismo desarrollé suficientemente la conciencia para que al menos tomara la decisión de volverme vegetariano. Esto fue, si no recuerdo mal, por el año 1996, y hasta hoy sigo con ello. Es difícil mantenerlo en este tipo de sociedad, ello o cualquier otra iniciativa parecida. Es en 1995 cuando con la Ley Orgánica 10/1955 de 23 de noviembre del Código Penal quedan derogadas la penas impuestas por esta ley de 1896 [n. 4].

Notas:
04. Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado. Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.

Ultima modificación de esta página el 01/03/16